Apareció la perrita por la que ofrecian un auto de recompensa
La perrita, que se escapó el 23 de enero en La Paternal, se reencontró con su dueña. Mirá el emocionante video
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Jésica Chaile recuperó a China, su perra raza Pinscher miniatura de pelo negro y cuatro años de edad, que se había perdido el 23 de enero a las diez de la mañana, pero también, recuperó el curso de su vida: “Volví a vivir. Me había detenido, no tenía ganas de nada, solo pensaba en ella y en volver a verla. Ahora quiero volver a estudiar”. El tiempo en que su perra estuvo virtualmente desaparecida su dueña resignó sus vacaciones, su tiempo libre, sus horas de sueño y se dedicó a buscarla.
Caminó los barrios, gritó su nombre por las calles, pegó mil carteles, habló con vecinos, repartió mil volantes por debajo de las puertas, la buscó oculta bajo los autos, fue guiada por personas que decían haberla visto a casas de Merlo y José C. Paz, y se metió a la Villa la Carbonilla, un asentamiento lindero con las vías del ferrocarril San Martín en La Paternal, por sospechas de que podía haberse recluido ahí. Y efectivamente, ahí se encontraba.
“Estaba trabajando cuando una mujer me llamó diciéndome que tenía a mi perrita -repasó Jésica-. Pero como hubo mucha gente que me llamó, lo primero que le dije fue que me mandara fotos. Cuando recibí la primera foto, me puse a llorar y a gritar. Le pedí que me mandara una de la panza porque a mi China le falta una tetilla. Y eso no se lo había dicho a nadie. Me la mandó y era ella, era ella, era ella”.
La mujer que tenia la perrita la llamó el sábado pero coordinaron la entrega para el domingo a la noche. “Me dijo que justo se estaba yendo a José C. Paz al cumpleaños de su hijo. Me la hizo re larga y empecé a dudar. Que no podía volver, que tenía que esperar a no sé quién. Pero al final terminamos encontrándonos a las doce y media de la noche en la entrada de la Villa la Carbonilla” contó Jésica.
Antes del encuentro fue a una comisaria a pedir si alguien podía acompañarla. “En un momento pensé que no la quería dar o que me iban a robar. Uno piensa cualquier cosa o lo peor. En la comisaría me dijeron que no podían acompañarme. Yo llevaba la plata, iba con mi novio y una amiga. Pero cuando llegamos, había un policía en una garita: le conté la situación y me ayudó. En ese momento, vi a una mujer trayendo en los brazos a un perrito. Me puse a gritar y a llorar. Ella me reconoció…Se me hizo eterna la espera” reveló la joven.
La mujer solo le pidió la plata. Nunca habló del auto (un Ford Ka de 1996). “Ella me dijo que se le estaba cayendo el techo de la casa, que necesitaba la plata. Parecía una buena mujer. Por eso se la di directamente, ni siquiera me la pidió cuando nos encontramos, solo se la di”, comentó Jésica.
El reencuentro de China y su dueña
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Durante el viaje de regreso a su casa “China” lloró todo el camino. Jésica pensó que estaba herida o que le habían hecho algo. Pero después entendió que el llanto de la China era de alegría.
“No se imaginan la felicidad que tengo, todavía no puedo creer todo ésto, se terminó la pesadilla. Siempre sentí que ella estaba bien y que me estaba esperando. La soñé durante todo el mes y soñaba que no podía llegar a ella”, escribió en las redes sociales.