Un joven argentino a favor del aborto le regaló al Papa Francisco un pañuelo verde con una carta
En Twitter el joven mostró el momento en que le entrega el pañuelo y la carta al Papa
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Faltan solo 6 días para que el tema por la despenalización del aborto sea tratado en la Cámara de Diputados,donde al fin se sabrá si se hará legal o no. Mientras tanto, quienes se encuentran a favor del aborto buscan juntar más aliados de su lado y así el 8 de agosto contar con una fuerza mayor sobre los que se muestran a favor de las dos vidas.
Así fue el caso de Nicolas Fuster un joven argentino, que vive y estudia en Roma y en medio de una audiencia publica que dio hoy el Papa Francisco en el Vaticano, se acercó y le obsequió un pañuelo verde que representa la lucha por el aborto legal seguro y gratuito y junto con el, también le entregó una carta donde le pedía que colabore para que la semana que viene se apruebe el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.
Mediante Twitter, Nicolás mostró el momento justo en que el Papa acepta su pañuelo y el manuscrito para convocarlo a tomar la “oportunidad de oro para abandonar la tradición de la Iglesia de llegar siempre 300 años más tarde”.
?? ? Esta mañana, en la audiencia, le entregué a @Pontifex_es un pañuelo triangular de color verde y la carta que encuentran acá abajo#aborto #Papa #QueSeaLey pic.twitter.com/RlkvzijY1E
— Nicolás Fuster (@mellamonicolas) 1 de agosto de 2018
Tras el momento que se hizo viral en las redes, Nicolás dialogó con algunos medios nacionales y reveló los métodos que pensó para contribuir con la campaña pro legalización desde Italia. “Compré una tela verde (…) e hice unos pañuelos extraoficiales que repartí entre amigos y amigas durante los partidos del Mundial, donde había multitud de argentinos. No sé bien por qué, se me ocurrió que podía acceder al Papa y me pareció una buena idea darle un pañuelo y compartir con él algunas reflexiones”, le dijo al diario La Nación.
En relación a su encuentro con Francisco, detalló: “El Papa fue sumamente amable; se detiene con casi todos. Entre toda la gente que gritaba, tomó la carta y el pañuelo (no estoy seguro de que haya entendido de qué se trataba). Le dije que era una carta importante y que, si quería, podía leerla. Me sonrió de manera transparente y se la entregó a uno de sus asistentes. No dijo una sola palabra, pero evidentemente eso no era necesario”.