La China Suárez quedó enamorada de una rata que apareció en su casa

Ya con suficiente distancia del escándalo en el que estuvo involucrada con Wanda Nara y Mauro Icardi y mientras disfruta de su incipiente relación con el empresario español Armando Mena Navareño, Eugenia La China Suárez vive a pleno cada uno de sus días. Luego de un enero que la tuvo un tanto alejada de las redes, en el último tiempo volvió a estar activa en su cuenta de Instagram, donde tiene casi seis millones de seguidores.

En su perfil, suele compartir pequeños momentos de su intimidad y esparcimiento que pasa con sus hijos Rufina, de su relación con Nicolás Cabré; y Magnolia y Amancio, los más pequeños, que tuvo junto a Benjamín Vicuña. Y en esta oportunidad, la calma se vio alterada por un inesperado visitante que se acercó hasta su hogar. Y pese a que lo hizo a toda velocidad y buscó camuflarse entre las plantas, Eugenia logró captar sus movimientos con su teléfono celular. “Hola, ¿sos amigo del Ratón Pérez?”, le pregunta al animalito, provocando las risas de Rufina y Magnolia, quienes la acompañaban detrás de cámara.

“¿A ustedes se les cayó algún diente? Porque quizás puede ser por eso”, les pregunta a las pequeñas, buscando interpretar la sorpresiva visita del roedor, según el cual suele acudir ante la caída de las piezas dentales de los niños. En ese punto es Magnolia la que toma la palabra. “A mí no. A Rufi sí se le cayó uno”, reveló su hija menor.

Por lo que se ve en la filmación, el ratoncito de a poco empieza a tomar confianza y se siente más cómodo en su nuevo hábitat. Deja de camuflarse entre las plantas y opta por posar a cuerpo descubierto ante sus nuevas amigas. Atónita, Eugenia no da crédito a su presencia por la gran cantidad de gatos que merodean la zona. Y siempre acompañada por sus hijas, no tarda en caer rendida ante sus encantos.

“Mirá la cara de bueno. ¡Hola! ¡Hola!”, lo saluda en reiteradas ocasiones, aunque sin obtener respuesta. “¿Che, se petrificó?”, se pregunta algo preocupada, y recién allí su nuevo amigo parece escucharla, ya que empieza a mover despacito sus orejas. Eugenia acusa recibo y deja caer un lamento: “Me da mucha pena. Pensar que hay gente que los mata”, reflexiona antes de cortar la transmisión.